Por Diego Batero-FEU Caldas
El movimiento estudiantil (usaremos este termino indistintamente, para referirme a todos los procesos organizativos y coyunturales que tengan como objeto de acción el gremio estudiantil, sin entrar en ningún tipo de disquisiciones conceptuales)en el país se viene recuperando de un reflujo al que cayó por falta de proyección de su lucha, por el juego de intereses de algunas organizaciones o lideres que buscaron usarlo como plataforma para obtener réditos personales(postulaciones electorales, exilios, apoyos económicos de ONG extranjeras, etc.), por la amaurosis frente a la necesidad de construir una propuesta de educación alterna y dejar la postura gritona a la que se ha restringido, consistente en oponerse a todo lo que el gobierno o sus representantes en las instancias de dirección, proponen, muchas de las veces sin ilustrar ni consultar a los estudiantes y sobre todo, por limitarse a generar como único vinculo de comunicación el diálogo con las mismas directivas o gobierno que dicen confrontar, es decir, ¡nos dedicamos a suplicarle al verdugo que no nos suelte la guillotina!.
Hoy todos los estudiantes(secundaristas y universitarios) debemos entender que antes que estudiantes somos ciudadanos, habitantes de una ciudad, indistintamente de si es la de nuestro origen o no, por que como dice la consigna SOMOS HIJOS DE ESTE PUEBLO, nos respiramos su polución, disfrutamos de sus noches, de sus parques, nos enamoramos en sus calles, todo lo anterior nos abre un panorama, que casi todos los estudiantes no vemos, y es que muchos de los problemas que nos afectan en la universidad o el colegio, como son la privatización paulatina por medio del alza en el costo de las matriculas y venta de activos, carencia de una democracia y autonomía estudiantil, carencia en las propuestas de bienestar universitario, entre otros, tienen su punto de origen por fuera de nuestros claustros, y que existe una concatenación de estos problemas con muchos de los problemas de ciudad, problemas agrarios y mineros.
Esto nos debe poner a reflexionar sobre la necesidad de que las luchas de los estudiantes deben ser unas luchas articuladas con otros sectores sociales y populares, y mas las instituciones publicas, que existen gracias a los aportes de los ciudadanos con sus impuestos,(por eso es que la universidad no se debe acreditar ante un puñado de burócratas del ministerio, sino ante la sociedad, ante la cuál nos debemos), ya lo vive Manizales, donde diferentes barrios vienen sufriendo un paulatino desplazamiento por parte de las autoridades, nosotros debemos estar allí, sumar nuestra fuerza y proponiendo soluciones, que casi siempre serán sinónimo de cambios. De la misma manera que debemos sensibilizar a la comunidad sobre las problemáticas estudiantiles, para que ellos también sumen sus fuerzas.
Las anteriores palabras explican el titulo de este artículo, y viene en razón de que los estudiantes debemos irnos para las periferias, para los márgenes, y allí fortalecernos, para volver por los caminos del sur, desde abajo, hacia el centro a tomarnos el poder, el cual ha sido usurpado por una minoría que ha gobernado a espaldas del pueblo. Pero no nos emocionemos de a tanto, por que la toma del poder no es una formula matemática, todo lo contrario es una gesta imprevisible, con obstáculos a veces inobservables, con intrigas, traiciones y un enemigo que viene calentando las butacas del poder desde hace 200 años.
Ahora bien, los estudiantes hemos tendido a ser circunstanciales, lo que al largo plazo desemboca en una tendencia a la renuncia fácil, a la entrega inmisericorde, esto nos lleva a plantearnos la necesidad urgente de elaborar una propuesta no solo de la educación que queremos sino también de sociedad, por que si algo nos ha enseñado la historia es que esta no es inmutable, eterna e invariable, todo lo contrario, los hombres gestamos los cambios y dependiendo de nuestra madurez política y capacidad de comprensión del momento, esos cambios serán para bien o para mal.
Por último, creo que todo lo dicho en este escrito tiene hoy en día una oportunidad histórica y es el planteamiento de la MARCHA PATRIOTICA que se realizó en Bogotá los días 19, 20 y 21 de Julio en la ciudad de Bogotá y en otras ciudades como Barrancabermeja, Neiva, Popayan, etc., donde se planteo el reto de construir un gobierno por y para el pueblo, espacio al cuál estamos invitados los sectores estudiantiles, indígenas, sindicales, afrodescentientes, campesinos, barriales . Este martes 14 de septiembre los estudiantes tenemos la oportunidad de aplicar en la práctica la tesis sobre la abducción del movimiento estudiantil, vinculándonos a la marcha de la comuna San Jose, la cual se declaro en Desobediencia y Resistencia civil contra el intento de la Alcaldía de desalojarlos de sus casas, pero no es la marcha en sí, es al proceso que a partir de esta germina, consistente en la creación de un cabildo popular y abierto donde todo el pueblo se congregara.
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